Razón de ser
Nuestra Institución Educativa Diocesana Juan XXIII en comunión con el proyecto de pastoral de la Diócesis de Cartago y desde la espiritualidad de las Hermanas Franciscanas de la Sagrada Familia quienes colaboran con constancia, compromiso y de manera activa en este proceso, ofrecen una gama de herramientas que permiten conformar y consolidar un proceso de pastoral con todo el personal de la institución, ofreciendo una verdadera educación en la fe, teniendo como centro a Jesús.
Por ello para nosotros es primordial la formación espiritual de nuestros niños, niñas, adolescentes, sus familias y demás personal de la institución, es un proceso que inicia desde Preescolar hasta la Media y que se ajusta bien a nuestra Política de Calidad, al Proyecto Educativo Institucional y al Carisma de nuestras Hermanas Franciscanas; contribuyendo considerablemente al crecimiento integral de los miembros de la Comunidad Educativa.
Nuestro Proceso de Formación Espiritual (FE) es una herramienta que se ajusta bien a la Política de Calidad de nuestra Institución Educativa, al Proyecto Educativo Institucional y al Carisma de las Hermanas Franciscanas de la Sagrada Familia; contribuyendo considerablemente al crecimiento integral de los miembros de la Comunidad Educativa, y por consiguiente a la construcción de una sociedad donde se haga presente el Reino de Dios.
La acción pastoral inicia desde pre- escolar hasta el grado Once y además incluye a la comunidad educativa en general.
Sor María Teresa Lega
FUNDADORA COMUNIDAD RELIGIOSA DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS DE LA SAGRADA FAMILIA
«Por Jesús todo es poco, se logra valor permaneciendo fuertes en la lucha»
Sor María Teresa Lega, fundadora del Instituto “Lega” de las Hermanas Franciscanas de la Sagrada Familia, nació el 13 de enero de 1812 en Brisighella, Italia.
Desde muy pequeña Ana Amalia Lega (nombre dado por sus padres) se siente inspirada por Dios a consagrar su vida a su servicio y después de hacer un camino de discernimiento y pasando por humillaciones e incomprensiones por parte de su familia, a la edad de 21 años, le conceden sus padres el permiso para ingresar al monasterio de las Hermanas Dominicas del Santísimo Redentor en Fognano Italia, donde inicia un nuevo estilo de vida.
Después de una intensa preparación, oración y maduración en la fe, hace su primera profesión religiosa el 27 de Septiembre de 1835, donde adquiere su nuevo nombre SOR MARÍA TERESA LEGA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ, viviendo una vida consagrada con un fuerte empeño de seguir a Cristo crucificado, es educadora de las jóvenes y maestra de las novicias. A los pies de Cristo Crucificado Sor María Teresa Lega, fue inspirada por el Señor, para fundar un nuevo Instituto, acogiendo a las niñas pobres, huérfanas y abandonadas que están en las calles, sin alimento y sin guía alguna, para brindarles un hogar, cariño y educación humana y cristiana.
Ella ora, lucha, sufre, pide consejo para conocer mejor la voluntad de Dios y después de casi 30 años de esfuerzo y pruebas, a la edad de 59 años y habiendo dedicado toda su vida al servicio de los demás, sale de su monasterio para fundar una nueva familia religiosa, el INSTITUTO DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS DE LA SAGRADA FAMILIA, el 16 de Julio de 1871. Su obra de amor y acogida a la voluntad de Dios, continúa al servicio de los más pobres, especialmente en la promoción humana y cristiana de la niñez y juventud desamparada.
Después de una dolorosa enfermedad y habiendo cumplido la misión encomendada por Dios, muere el 27 de Enero de 1890 en Cesena, Italia.
Fieles a la inspiración de Sor María Teresa Lega, nuestras Hermanas Franciscanas colaboran con Jesús Redentor a la salvación de nuestros hermanos, haciendo vida su misión en en Italia, Colombia y África.
Por ello nuestro colegio es privilegiado al ser dirigido por las Hermanas Franciscanas, porque su misión también se extiende hacia nuestros niños, niñas y jóvenes, a sus familias y todo el personal que labora en la institución; porque para ellas es primordial educar cristianamente en el amor a Dios, la fe, la caridad, la misericordia y la solidaridad.
Su historia no ha terminado, permanece abierta en el amor, porque sólo quien ama hace historia.